Nada impide que los socios de una empresa realicen préstamos a favor de ésta -para afrontar una falta de liquidez puntual, o para afrontar una inversión, por ejemplo-. Pero posteriormente –y en la situación económica actual todavía más- pueden existir dificultades para devolverlos.
En estos casos lo mejor es que dichos préstamos no se devuelvan y queden definitivamente en la sociedad, en forma de capital o de fondos propios. Así se evita el devengo de intereses y se mejora la imagen del balance (a efectos de solicitar financiación bancaria o de proveedores, por ejemplo).
Si este traspaso a fondos propios se realiza antes de final de año, el balance definitivo de 2020 ya reflejará la nueva situación. A estos efectos, existen diversas opciones para que estos préstamos pasen a formar parte de los fondos propios:
Nuestros profesionales analizarán la conveniencia de capitalizar los préstamos otorgados por los socios y le asesorarán sobre la mejor forma de hacerlo