En general, las subvenciones públicas recibidas por particulares deben imputarse en el IRPF en el año en que se cobran, con independencia de cuándo se haya notificado su concesión (ello, siempre que no estén exentas de este impuesto). Por ejemplo, un particular adquiere un vehículo en 2023, se le reconoce una ayuda de la Administración ese mismo año y la cobra en 2024: el ingreso deberá declararse en el IRPF de este último año. En cambio, si la ayuda se materializase en un descuento en el precio de dicho vehículo, debería declararla en el IRPF correspondiente al año de adquisición.
En algunos casos se permite declarar las ayudas por cuartas partes en el año de su cobro y en los tres siguientes. En concreto, esto sucede cuando se trata de los siguientes conceptos:
Cuando las subvenciones están ligadas al ejercicio de una actividad económica, los beneficiarios deben declararlas como un mayor rendimiento de dicha actividad. Y su imputación temporal en el IRPF depende de la finalidad a la que vayan destinadas (a cubrir gastos o a realizar inversiones):
Si recibe una subvención, nuestros profesionales analizarán si está exenta de IRPF. Y si debe declararse, le indicarán cómo y cuándo deberá incluirla en dicho impuesto.