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En una comunidad de vecinos, un propietario realizó obras para integrar en su vivienda, situada en el último piso del edificio, un espacio colindante, dotándola de baño y cocina adicionales.

La comunidad demanda al vecino, que ha realizado las obras sin permiso de la comunidad, que expresamente se lo había denegado en junta, ni licencia municipal, en un espacio común que afecta a elementos estructurales, como muros de carga, cubierta, vigas y forjado, a cuenta de las ventanas, escaleras y conexión a las bajantes de aguas fecales con las que dota a dichas dependencias.  

Los tribunales le han condenado a desocupar y demoler las obras, pues ni de las escrituras ni de las inscripciones del Registro de la Propiedad puede desprenderse la privacidad de ese espacio sobre el techo de su vivienda, al contrario de otros vecinos, que si cuentan con buhardillas privativas, aunque aquel contara con una trampilla, solo accesible desde su vivienda.

Además, la obra afecta a la forma y estructura del edificio y altera su situación precedente, por lo que en todo caso requiere el consentimiento de la comunidad, con independencia de que se cumpla o no con la normativa técnica en la ejecución de la misma. Por este motivo la obra es ilegal, al margen de que afecte, que también, a la seguridad del edificio, al involucrar elementos estructurales.

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